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Sus fabricantes detallaron que el producto fue diseñado para que las personas de las grandes orbes asiáticas pudieran contrarrestar los altos niveles de partículas contaminantes a las que están expuestos, principalmente durante el otoño y el invierno. Sin embargo, no hay ninguna especificación de parte del fabricante o de autoridades sanitarias que apunten a que este nuevo producto ayude a prevenir contagios de COVID-19. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha destacado -durante esta pandemia- que las mascarillas faciales solo deben usarse si se es portador de COVID-19, de no tener el virus, es necesario portarla si se atiende o convive con alguien sospechoso de COVID-19; además, la OMS, recomendó usarlas solo si hay signos de tos o estornudos. Derivado de la pandemia varios países del mundo han presentado escasez de este insumo, incluso países como Japón han impuesto multas de cárcel y pagos de 9 mil 800 dólares a quienes lucren con la venta ilegal de mascarillas, las cuales eran revendidas a sobreprecio, volviéndolas inalcanzables para buena parte de la población japonesa. Hasta el momento, la nueva mascarilla electrónica solo se encuentra a la venta en tiendas en línea en un precio que ronda los 30 euros.